miércoles, 31 de octubre de 2012

Seamos cínicos...

Se dice de Diógenes de Sínope que vivía en una tinaja, en lugar de una casa, y que de día caminaba por las calles con una linterna encendida diciendo que “buscaba hombres” (honestos). Sus únicas pertenencias eran: un manto, un zurrón, un báculo y un cuenco (hasta que un día vio que un niño bebía el agua que recogía con sus manos y se desprendió de él).

Este primer post, con un título tan peculiar tiene dos objetivos, el primero, el necesario reconocimiento a la persona que me dio a conocer dicho personaje, José Alberto Cuesta, el cual es el autor de dos libros en relación con la filosofía cínica “Filosofía Cínica y Crítica Ecosocial” (Ediciones del Serbal, 2006) y “Ecocinismos. La crisis ecológica desde la perspectiva de la filosofía cínica” (Biblioteca Buridán. Barcelona, 2011).

El segundo objetivo es el poner de manifiesto la necesidad de cambio de mentalidad y de moralidad. Es evidente que las cosas no van bien, el modelo o sistema es evidente que no funciona o al menos de la forma que desearíamos. Y, si bien algunos son más culpables que otros, no podemos exigir un cambio sin empezar por nosotros mismos. Es aquí donde entra en juego la antigua filosofía cínica. La necesidad de que todos nos volvamos un poco cínicos y que nos entre un poco ese síndrome de Diógenes pero bien entendido.

La escuela cínica viene a afirmar que el hombre lleva en sí mismo los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía, de ahí el desprecio por lo material y las riquezas. Al hilo de esto vienen a afirmar que el hombre que menos necesita es el que es más feliz, frase que hoy está siendo explotada por una famosa marca sueca de muebles, lo cual no deja de sorprender. Toda esta forma de pensar tiene su aplicación práctica en el resto de aspectos de la civilización y su evolución, desarrollo etc. No puedo dejar de recordar la frase que le dice Brad Pitt a Edward Norton en "El Club de la Lucha" de "tenemos empleos que odiamos para comprar mierdas que no necesitamos". En definitiva, un crisis económica, laboral, moral, ecológica... sistémica.


Esto podría ser un breve resumen de la verdadera crisis que sufrimos. La civilización no puede seguir enfrentándose al futuro con esta forma de pensar, no puede, no porque no quiera, sino porque no se lo puede permitir.


Desde luego, lo dicho, es radicalmente opuesto a cómo quieren las compañías que veamos las cosas puesto que cada día hacen que necesitemos más artilugios que nos hagan plantearnos "¿cómo podía yo vivir antes sin esto?". No somos dueños de nuestro destino, no somos independientes y lo que es peor de todo, hemos renunciado a ello de forma voluntaria sumisa y servil y no precisamente para un bien común sino para el enriquecimiento de unos pocos que solo piensan en sus propios intereses. Seguimos siendo muchos esclavos y pocos los "patricios" que deciden nuestros designios. Seguimos echando la culpa a los dioses de nuestras desgracias y de nuestra mala suerte y regocijándonos en nuestros propios y pírricos logros.

Necesitamos cambiarnos por dentro. Necesitamos convertirnos en los hombres (y mujeres) que Diógenes buscaba sin éxito por las calles.

Rodrigo, en Salamanca a 31 de octubre de 2012, escuchando la canción “Precipio” de Loquillo BSO de la serie “El Crematorio”.



Pasó un ministro del emperador y le dijo a Diógenes:
"¡Ay, Diógenes! Si aprendieras a ser más sumiso y a adular más al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas."


Diógenes contestó: "Si tú aprendieras a comer lentejas no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador".

1 comentario:

  1. Bienvenido sea al mundo blogger Mister Rodrigo. Muy buen comienzo! Espero seguir leyéndote mucho tiempo!

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